Cada mujer que alberga la vida, alberga en ella la fuerza intrínseca de parir. Nadie enseña a nacer a un bebé y nadie enseña a parir a una mujer. SUCEDE.
De los Ciclos Femeninos, podríamos decir, sin lugar a dudas, que el parto es la gran experiencia transcendental. Es un estado alterado de consciencia, donde las emociones se expresan sin límites en un viaje profundo de vida que mueve vida.
Sentirse acompañada en esta espiral que se abre desde el cielo a la tierra y la tierra al cielo, en ese estado tan vulnerable del puedo y no puedo, es sentir que no estás sola en el proceso. Por eso la figura de la Doula, aparece llena de cariño, respeto y entrega a sostener en cada instante tu necesidad de ese transitar tan profundo que es el parto y nacimiento de tu bebé.
Dar a luz, parir, vivir el instante de la Gran Espiral, Planeta Parto
Acompañarte, amarte a ti misma y rendirte a la fuerza de la vida que sabe y te guía.
Durante los encuentros que tenemos en el embarazo, la mujer y su pareja van disipando miedos. La mujer va abriendo camino de confianza en su cuerpo que sabe parir. De la toma de decisiones. De ir respirando para entregarse al planeta parto potenciando el canal de hormonas que facilitan la expresión de la vida que llega.
Sentir un abrazo, una palabra de aliento, un masaje
Sentir apoyo desde el silencio, de la presencia en esencia.
Acompañar potenciando tu propio poder, para que éste no se fugue, no se diluya. Acompañar la naturaleza de tu cuerpo mente y respiración, integrar las tres fuerzas. Guardiana para que te alumbres a ti misma, mujer que naces, madre. Sentirte acompañada, sostenida, nutrida, aliada, afianzada, creativa, dueña de ti misma.
Me colma, conmueve e inspira cada mujer que acompaño en el parto y nacimiento de su bebé.
Gracias siempre por abrirme ese espacio tan único e íntimo.